Hay que acabar con los derechos de papel : Aquiles Córdova Morán - TIJUANA NOTICIAS

sábado, 26 de octubre de 2013

Hay que acabar con los derechos de papel : Aquiles Córdova Morán


Por Aquiles Córdova Morán
PUEBLA PUE.-La administración del estadio Azteca canceló el contrato de arrendamiento que tenía firmado con el antorchismo mexiquense para el 3 de noviembre próximo por una emergencia relacionada con los problemas de la selección nacional de futbol. Nada tenemos que objetar a eso, y sólo nos resta expresar nuestro deseo de que, en ocasión más propicia, podamos contar con ese emblemático recinto para reunir al Antorchismo Nacional, que se apresta a celebrar sus primeros cuarenta años de existencia. La cancelación del evento nos obliga, eso sí, a echar mano de otros recursos para dar a conocer los difíciles problemas que estamos enfrentando en estos días, cuya naturaleza y circunstancias no permiten guardar silencio en torno a ello. Como se recordará, en noviembre de 2011, todavía como aspirante a la candidatura presidencial del PRI, el Lic. Enrique Peña Nieto publicó un libro bajo el significativo titulo de: MÉXICO, la gran esperanza, que varios de sus lectores coincidimos en señalar como una obra bien estructurada, coherente, respaldada con cifras indiscutibles y, sobre todo, bien escrita, en un lenguaje claro, conciso y con una sintaxis más que correcta, virtudes todas bastante raras en obras de esta naturaleza. De ese libro me voy a permitir hoy tomar algunas citas breves, no sin dejar claro que el autor, antes de entrar en materia, precisa que su obra “…no es una oferta de gobierno sino un conjunto de ideas para el futuro del país…”. Por tal motivo, yo, a mi vez, aclaro que lo cito sólo como autor, y no como Presidente de México, que es el alto cargo que actualmente desempeña.
“El mayor valor al que debe aspirar una república –se lee en la página 18– es la verdadera igualdad de derechos entre sus habitantes”. Y renglones adelante precisa: “En México se vive una contradicción inaceptable: se reconoce legalmente una serie de derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales; sin embargo, en la práctica, un gran número de mexicanos no disfrutan de esos derechos básicos”. Difícil sería expresar con más exactitud y concisión la situación que se intenta describir. Renglones antes, en la misma página, al hablar de las tres grandes tareas que a juicio del autor resumen el reto de un Estado eficaz, menciona en primer lugar lo siguiente: “1) que los derechos de todos los mexicanos no sean sólo ideales plasmados en la Constitución, sino que en verdad los disfrutemos en la vida cotidiana, es decir, que pasen del papel a la práctica…”. Ahora bien, supongo que nadie discutirá que entre los derechos básicos del ciudadano destacan por su importancia la libertad de opinión y de manifestación pública del pensamiento, pues se ha dicho, incluso, que tales libertades distinguen a la democracia de una dictadura. Pero no hace tanto que me permití reseñar, sin que nadie me haya desmentido hasta hoy, cómo a los antorchistas se nos ha impedido ejercer el elemental derecho a emitir nuestro juicio en legítima defensa contra arteros ataque mediáticos, cerrándonos las puertas de todos los medios importantes (con una sola excepción), a pesar de que se trataba de inserciones pagadas con un claro responsable de la publicación. Hoy vivimos una dolorosa e inmerecida tragedia: el secuestro de don Manual Serrano Vallejo, sencillo vendedor de diarios y revistas cuyo delito es ser padre de Maricela Serrano, alcaldesa antorchista de Ixtapaluca, al mismo tiempo que se cancelan las mesas de diálogo para atender nuestras demandas sociales y se suspende la entrega de recursos a los ayuntamientos antorchistas. Frente a esto, las maniobras para silenciarnos y dejarnos inermes ante funcionarios y medios, arrecian, se hacen más duras, abiertas y desafiantes de la ley. La caracterización de la situación que hizo en 2011 el Lic. Peña Nieto, pues, así como la necesidad de combatirla a fondo, son hoy más vigentes y urgentes que entonces.
Al desglosar algunos de los derechos básicos que deben ser convertidos en realidad cotidiana, el texto reza así: “Cuando decimos que el derecho a la seguridad pública pase del papel a la práctica significa que todos, sin excepción, podamos salir a las calles sin el temor a ser asaltados, o que los padres y las madres de familia puedan dormir tranquilos porque tienen la certeza de que sus hijos regresarán a casa. Significa que ningún mexicano viva con miedo a ser secuestrado o asesinado. Implica que todos, sin excepción, podamos acceder a un juez que de manera rápida y honesta resuelva una sentencia en la que sean los culpables, y no los inocentes, quienes reciban un castigo por haber infringido la ley”. Claras, exactas y generosas palabras que explican por qué su autor es hoy el Presidente de México. Ellas me animan a recordar a los mexicanos que la familia Serrano Hernández y quienes la queremos y valoramos como nuestra, no podemos dormir tranquilos desde hace 16 días porque el padre de todos está secuestrado, sin tener siquiera el pretexto de una ostentosa fortuna para justificar la brutal agresión. Y que tampoco hemos podido acceder a una justicia pronta y expedita; lejos de ello, la procuraduría mexiquense ha condicionado abiertamente su acción a que Maricela “demuestre sus acusaciones” contra el Gobernador, acusaciones que ella niega rotundamente. ¿De qué se trata? ¿Qué se quiere lograr poniendo condiciones incumplibles? ¿No es simplemente una manera de decir que no habrá justicia para nosotros?
Varias personas serias y conocedoras de la política a la mexicana, han llamado mi atención sobre el pasaje del libro en que, partiendo de que la democratización del país provocó la “fragmentación del poder político”, se afirma: “Sin embargo, algunas estructuras económicas y sociales que se conformaron en el contexto del régimen pos revolucionario no se transformaron, lo que permitió que algunas de ellas mantuvieran una gran concentración de poder frente a un sistema político desconcentrado, alcanzando la capacidad para bloquear reformas que consideran contrarias a sus intereses”. ¿No crees, me dicen, que Antorcha pueda entrar en este marco? No, no lo creo. Porque si así fuera, sería un increíble error de daltonismo político, incompatible con la clara mirada social, política y económica del libro. Primero, Antorcha no tuvo ni tiene ninguna “concentración de poder”, político o económico, se le mire por donde se le mire; segundo, por lo tanto, tampoco tiene ninguna capacidad de “bloquear reformas”; y tercero y más decisivo, Antorcha no considera ninguna de las reformas que está impulsando el Ejecutivo como “contraria a sus intereses”. Lejos de ello (y no tengo más remedio que decirlo así), mucho antes de que apareciera el libro del Lic. Peña Nieto Antorcha ya planteaba un enfoque distinto del combate a la inseguridad; una mejora sustancial de nuestro sistema judicial; salud y educación de calidad para todos, vivienda, seguridad social, servicios, ambiente sano, etc., para los menos favorecidos; en resumen: una reorientación profunda del gasto social y una política impositiva progresiva y redistributiva de la renta nacional. Todo esto está escrito o grabado y quien quiera hacerlo puede constatar fácilmente la clara coincidencia de enfoque y de principios entre nuestro ideario y el sustentado en el libro de referencia. Antorcha, pues, no puede representar, ni ha representado nunca, un peligro o un obstáculo para la democracia mexicana ni para la marcha del país hacia un futuro mejor; es, aunque muchos lo nieguen, una fuerza más que empuja en esa dirección. Confiando en esto, me dirijo respetuosamente a las altas autoridades del gobierno federal para que intervengan, según sus facultades legales y sus responsabilidades sociales y políticas, para que don Manuel Serrano regrese sano y salvo al seno de su familia, y para que se atiendan, en serio, las demandas de los antorchistas, que son parte de las demandas de los menos favorecidos de nuestro país.

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