Mujeres y política Columna Politica Soledad Jarquin

Las mujeres invisibles

POR SOLEDAD JARQUIN EDGAR
OAXACA OAXACA.-La semana ha estado plagada de declaraciones, informes y comparecencias. Pero es
el informe de José Antonio Hernández Fraguas el que me
llama la atención de manera especial. El presidente
municipal de Oaxaca de Juárez tendría que analizar cada
una de sus palabras y tendría al mismo tiempo que hacer un
fuerte llamado de atención a sus más cercanos
colaboradores porque omitió mencionar a más de la mitad de
la población a la que gobierna: las mujeres, lo que refleja
hechos.
El lenguaje empleado
por el alcalde y aspirante a candidato del PRI a la
gubernatura del estado, no es acorde con lo que plantea
cuando discute en las sesiones de Cabildo. Además podría
ser considerado como un lenguaje anacrónico y hasta
obsoleto, que al menos quienes están en la esfera pública
ya debieron eliminar de sus dichos, porque de lo contrario
seguirán contribuyendo a la invisibilización de las
mujeres en todos sus quehaceres y
aspiraciones.
Durante su informe
oficial, es decir el que se realizó en la sesión de
Cabildo durante la mañana del jueves -lo realizado por la
tarde del mismo día fue un acto político a todas luces- el
alcalde dedicó seis renglones al rubro de equidad y
género, en contraparte y sólo para comparar el dato,
Fraguas leyó siete renglones sobre el centro de control
canino. Usted saque sus conclusiones.
Sin duda, el alcalde
no tiene la culpa del todo, sino quienes lo “ayudan”,
sus colaboradores más cercanos, sus achichincles -como
llamamos en México a esos personajes pegados al
funcionario- quienes deberían estar algo enterados de que
en México algo se mueve a pesar de todas las resistencias,
la culpa del alcalde-en campaña es repetir sin reflexionar
lo que otros le ponen en su boca y que lo dejan mal
parado.
Pero si en la mañana,
Fraguas dedicó seis renglones al tema de equidad y género,
en la noche, frente al mundillo de la política priista, no
mencionó el tema, se lo pasó por alto y peor aún su
lenguaje en general denota un profundo
sexismo.
Debo repetir lo que
señalaba la semana pasada, los políticos apelan a la falta
de inteligencia del resto de las personas que estamos frente
a ellos y ellas. Dice Fraguas en su discurso que “Debido a
las condiciones sociales en el mundo y ante la necesidad de elevar los niveles económicos y de bienestar de la familia,
(…) considerado fundamental encabezar, promover e impulsar
políticas públicas con perspectiva de
género…”.
Es la falta de
comprensión al tema lo que lleva a los políticos a pensar
que todo lo que tenga que ver con las mujeres está
relacionado con la familia y la descendencia. Las políticas públicas están más allá de esa condición social de las
mujeres que las reduce a ser madres, esposas y todo lo que
implique cuidados, protección o abnegación y no su
ciudadanización, es decir el ejercicio pleno de sus
derechos más allá de su casa y su
familia.
Por eso digo y
reafirmo que hay discursos obsoletos, distantes a la
realidad actual. Hoy las mujeres hemos mostrado mucha más
capacidad y asumimos la doble y hasta triple jornada de
trabajo, porque los hombres no han querido asumir sus
responsabilidades en lo privado, es decir, la casa,
limitándose a su papel de proveedores. Y en ello, sin duda,
hay una gran responsabilidad no sólo de quienes formamos
parte de una sociedad sino también de las autoridades que
como ya vimos nos siguen metiendo en el cliché, en el
estereotipo de madres, independientemente de lo que cada
mujer crea y piense sobre el tema, claro
está.
Sin duda, el
discurso-informe o tendría que decir los discursos-informes
de José Antonio Hernández Fraguas están ciertamente
plagados de irregularidades, eso sin decir que por momentos
el munícipe citadino se contagio del fenómeno
“elbaesther”, cuando habló de influencia y no influenza, pero eso son pecados menores, lo grave está en
las sumas millonarias que anunció. Por ejemplo, ¿será
cierto que en cinco parques de igual número de agencias se
gastaron poco más de 10 millones de pesos? Porque anduve
preguntando y me encontré que el parque de la agencia de
Dolores se está construyendo en la que antes era la
explanada y la obra consiste en una cancha de básquet bol, un arenero, una plazuela y asta bandera. En fin, si alguien
sabe de construcción que nos saque de la duda, porque
podría equivocarme, claro está.
Lo cierto es que la
ausencia de las mujeres en el lenguaje no es relejo de lo
que ocurre en la realidad, incluso más allá de las cifras
de hombres y mujeres que habitamos en la capital oaxaqueña.

Cito a la maestra Mercedes Bengoechea, decana de la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá de
Henares, España, quien
de manera sencilla, clara y para que todo el mundo entienda
explica que el lenguaje no sexista es aquel que NO oculta,
NO subvalora, NO diferencia, NO excluye, NO denigra, NO
discrimina, NO subordina y agrega que en una sociedad democrática la referencia a mujeres y hombres debería ser idéntica. También sostiene que “el lenguaje es una institución humana,
reflejo intrínseco de la sociedad y su sistema patriarcal
que se creó durante siglos".
Y como de mujeres hablamos, me cuesta trabajo creer
que diputadas locales hayan solicitado que Rosario
Villalobos Rueda fuera sacada del congreso local durante la
comparecencia de su jefe el secretario General de Gobierno, Jorge Toledo. Las diputadas se sentían “incómodas” con
la presencia de Villalobos Rueda, subsecretaria de Derechos Humanos del Poder Ejecutivo, quien en septiembre pasado se
sumó a los grupos feministas que tomaron literalmente la
tribuna pública pretendiendo impedir el albazo aquel del
Artículo 12, la aberración legislativa del año. Las
diputadas como los diputados no deben olvidar que el
Congreso es una tribuna pública. Malo por la funcionaria
que ante la insistencia del personal de la Secretaría
General de Gobierno se salió del lugar. No hay duda de que
hay mucha intolerancia
política, escaso diálogo y eso sí mucha imposición
verbal, en hechos y mediática que sigue provocando
discriminación de las mujeres y ahondando la desigualdad en
cualquier espacio.
En verdad, en México no pasa nada, 30 años de la
Convención contra todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) se
desvanecen en el chistar de dedos de los señores del
poder.