Reitera Tiromet iniciativa de incluir voluntad de donador en identificaciones oficiales ante Secretario de Gobernación

TIJUANA B.C.-El pasado 20 de enero, el Diputado Federal por Baja California, Oscar Arce Paniagua, vicepresidente de la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados, entrego personalmente a Fernando Gómez Mont, Secretario de Gobernación un legajo de información relativa a la cultura de donación de órganos en México y en el mundo.

La insuficiencia renal crónica terminal (IRCT) es un agudo problema de salud pública en México y en el mundo. Lamentablemente, nuestro país es uno de los más atrasados respecto a la legislación y atención de este problema en cuanto a trasplante de órganos, la mejor solución para esta enfermedad. La mayor parte de las instituciones médicas y médicos en el país siguen prefiriendo la opción de diálisis antes que la de trasplante, a pesar de que investigaciones médicas señalan que el trasplante es la mejor opción para un paciente de IRCT.

En términos internacionales, países como España o Chile son la vanguardia en cuanto a número de trasplantes realizados, índice de donadores o legislación respecto al tema. España tiene el mayor índice de donantes registrados, aunado a la mayor cantidad de trasplantes realizados anualmente. México se encuentra por detrás de países latinoamericanos como Uruguay o Argentina con respecto al índice de donaciones que se realizan anualmente. Chile acaba de aprobar la donación universal, de manera que se hace factible el trasplante de órganos de toda persona fallecida que cumpla los requisitos médicos.

En México, por un lado, el 80% de la población, según datos del Centro Nacional de Trasplante, ven con ojos favorables y estaría incluso dispuesta a donar un órgano al momento de su muerte. Hay otras encuestas, comerciales y académicas, que muestran números favorables a la donación de órganos tanto a nivel nacional como regional.

En este contexto, un factor muy importante para que la cultura de donación de órganos en nuestro país no sea una práctica extendida es la falta de información de instrumentos legales para que esta se materialice. Experiencias en estados como Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas o Puebla, donde la voluntad del donador ha sido ya integrada a las licencias de manejo, nos muestran que lo único que la cultura de la donación de órganos necesita son los mecanismos para ser expresada y, en términos legales, puesta en funcionamiento.

La insuficiencia renal crónica terminal (IRCT) es un agudo problema de salud pública en México y en el mundo. Lamentablemente, nuestro país es uno de los más atrasados respecto a la legislación y atención de este problema en cuanto a trasplante de órganos, la mejor solución para esta enfermedad. La mayor parte de las instituciones médicas y médicos en el país siguen prefiriendo la opción de diálisis antes que la de trasplante, a pesar de que investigaciones médicas señalan que el trasplante es la mejor opción para un paciente de IRCT.


En términos internacionales, países como España o Chile son la vanguardia en cuanto a número de trasplantes realizados, índice de donadores o legislación respecto al tema. España tiene el mayor índice de donantes registrados, aunado a la mayor cantidad de trasplantes realizados anualmente. México se encuentra por detrás de países latinoamericanos como Uruguay o Argentina con respecto al índice de donaciones que se realizan anualmente. Chile acaba de aprobar la donación universal, de manera que se hace factible el trasplante de órganos de toda persona fallecida que cumpla los requisitos médicos.

En México, por un lado, el 80% de la población, según datos del Centro Nacional de Trasplante, ven con ojos favorables y estaría incluso dispuesta a donar un órgano al momento de su muerte. Hay otras encuestas, comerciales y académicas, que muestran números favorables a la donación de órganos tanto a nivel nacional como regional.

En este contexto, queda claro que un factor muy importante para que la cultura de donación de órganos en nuestro país no sea una práctica extendida es la falta de información de instrumentos legales para que esta se materialice. Experiencias en estados como Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas o Puebla, donde la voluntad del donador ha sido ya integrada a las licencias de manejo, nos muestran que lo único que la cultura de la donación de órganos necesita son los mecanismos para ser expresada y, en términos legales, puesta en funcionamiento.