· Desestima el Padre Figueroa, acusaciones de corrupción
Playas de Rosarito B.C.- En lo que es el tercer round entre el “excelentísimo arzobispo metropolitano”, Rafael Romo Muñoz y el Padre Raymundo Figueroa Pérez. La situación se pone tensa otra vez, al sentenciar el jerarca un fulminante ultimátum, incluida la advertencia de excomunión, la dimisión clerical y la posible intervención de la Secretaría de Gobernación en esta desavenencia.
Atrás quedaron las acusaciones de ofrecer misa en medio de la emergencia sanitaria por el brote de la influenza AH1N1, el oficiar misas cobradas fuera de su jurisdicción, incluso en el estado de California. Ahora se suman fuertes acusaciones de supuesta corrupción en la venta de criptas por parte de su hermana y su cuñado.
Señalamientos que no hacen mella en el buen ánimo del párroco de la Iglesia del Santísimo Sacramento de la populosa Colonia Constitución, quien acepta que su situación no es nada cómoda, que ora por el Arzobispo, por un diálogo constructivo y que todos los problemas se los deja a Dios.
“Dios me llamó a ser sacerdote para bendecir, santificar y perdonar no para hablar mal de mis hermanos siento el dolor del señor Arzobispo por lo que está sucediendo, pero pues yo no soy nadie para juzgar o hablar mal de él ni mucho menos de mis hermanos sacerdotes, hay muchas cosa, errores como humanos, pero a mí no me corresponde. Eso se lo dejo a Dios”, expuso.
Cuestionado directamente sobre el negocio en la venta de criptas en donde se involucra a su hermana, el Padre Figueroa aclaró que efectivamente, ella apoyó en ese proyecto en donde permaneció hasta el pasado mes de Diciembre en un tema que manejan los integrantes del Consejo Parroquial.
“Pueden decir lo que quieran, acusarme de muchas más cosas y aplicarme todo el Derecho Canónico pueden hacerlo…pero si quieren vengan a ver para que juzguen los hechos, apliquen auditorías y de persistir en sus acusaciones, pues que presenten pruebas. A quienes tengo que rendir cuentas es a Dios y a una comunidad, nada más”.
Mas adelante y en franca retirada a sus múltiples ocupaciones, incluida una dotación importante de despensas para los damnificados por los sismos en Mexicali, el Padre Figueroa rechaza ser un desobediente o rebelde, mucho menos que piense crear su propia secta religiosa.
“Miren la gente tiene mucha hambre y sed de Dios, quiere creer en Dios, no tanto en una jerarquía o una autoridad sin amor”. Se declara en rebeldía?, se le cuestiona.
“De ninguna manera, solo estamos luchando por una injusticia, porque se ha lastimado mucho a una comunidad, a mí que me acusen de todo y si he robado, pues que hagan el juicio y que me metan a la cárcel, hombre, cuál es el problema. El que nada debe, nada teme”, asentó sin despedirse y luego treparse a su camioneta nacional Silverado 2010.
para su informacion es una camioneta chevrolet cheyene 2007 amigos del periodico no pongan lo que no es investigen primero
ResponderEliminar*.- Y sigue el padre Figueroa
ResponderEliminarPese a profesar la religión católica, hay cosas con las que definitivamente no estoy de acuerdo con lo que establece la Iglesia. Sobre todo en aquellos asuntos en los que se impide pensar, bajo el argumento de que se trata de “palabras divinas” o “dogmas de fe”.
Sin embargo, en el caso del padre Raymundo Figueroa – que NO es el padre Rayito- le doy completamente la razón, ya que el sacerdote, ex párroco de un templo de Rosarito, ha sido totalmente desobediente, ha retado a sus superiores, ha puesto a la Iglesia frente a su más grande cisma en esta región y le ha generado un escándalo que ha propiciado a su vez, que algunos fieles y otros que no lo son, ataquen y demeriten a la jerarquía eclesiástica y al propio arzobispo de la arquidiócesis local.
Y no se trata aquí de que si el padre Figueroa es el que tiene o no la razón; de que si es la víctima o no; de que si le tienen envidia o quien sabe qué más, sino del hecho de que forma parte de una institución a la que ofreció particularmente obediencia.
Aún y cuando no hubiera hecho nada, aún y cuando no hubiese caído en acciones irregulares, aún y cuando no hubiese motivo, tan sólo por la pura decisión del Arzobispo, que en este caso es su “patrón”, de removerlo, debió haber sido respetuoso y obediente. Así ha sido tradicionalmente en esta institución como en el Ejército y cuando se involucran en los mismos, aceptan sus condiciones. En todo caso, nunca se hubiera enrolado en la Iglesia. Cuando uno se compromete con algo, lo cumple o se retira. No hay más. No se vale ser hipócrita y hacerse la víctima. No se vale hacerse el “buenito” cuando muy claramente le dieron a conocer las normas y pasó varios años en un seminario en el que se le informó de la vida como sacerdote, que siempre ha sido de no involucrarse con nada ni nadie. Por eso se desprenden de sus propiedades y afectos.
O sea, aquí no hay de otra más que obedecer…. Y si no le gusta, pues que ya v aya formando su Iglesia.
Tomado de
http://afntijuana.info/blog/?p=32518
para los defensores del padre ray hay que decirles que cuando le 'regalaron la cheyene'era una camioneta del año y que diga por que a bautizadoa niños donde an participado personas armas y de dudasa reputacion.
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