Agoreros
Y es que las irregularidades cometidas por Sempra para iniciar operaciones no están a discusión. La actual autoridad reconoce que el terreno que ocupa muy cerca de Ensenada se ubica en una zona turística, no industrial. La autorización que otorgo en el 2003 el alcalde ensenadense Antonio Catalán Sosa (qpd) no conto con la autorización del cabildo y por ello el permiso es inválido.
Desde aquel momento se evidencio la participación del entonces gobernador Eugenio Elorduy con la empres Sempra, aunque la hegemonía panista en Baja California se encargo de silenciar los ruidos. Esa resonancia subió de nivel hace mes y medio al ordenarse la clausura temporal de la planta regasificadora. La orden de clausura fue emitida por el alcalde de Ensenada Enrique Pelayo Torres, luego de un exhorto emitido por la legisladora (también priista) Nancy Sánchez Arredondo. No obstante ese gusto les duro poco.
Los gobiernos federal y estatal revirtieron la decisión de Pelayo y ordenaron la reapertura de la planta simultáneamente a la clausura. ¿Que el gobierno federal y estatal sean de extracción panista? ¡es solamente una coincidencia!
El asunto es que –diariamente—se suman más voces a la exigencia de clausurar una planta que difícilmente suspenderá operaciones. La inversión de Sempra supera los mil millones de dólares, es decir, esa trasnacional no permitirá que alguien se atreva a atentar contra su operación.
Para simplificar el panorama, alguien debe decir que uno de los primeros escalones de este empinado edificio de intereses es el ensenadense Ramón Eugenio Sánchez Ritchie, propietario de un predio de 100 hectáreas que colinda con el terreno que ocupa Sempra. Al reclamar la legítima propiedad, Sánchez Ritchie fue encarcelado por el supuesto delito de despojo. Sempra mostro documentos que avalaban la compra legitima de la propiedad con un pequeño detalle en su contra. La vendedora del terreno había fallecido dos años antes de realizada la transacción, es decir, Sempra le compro a una muerta.
Consciente de la oportunidad de enriquecerse a costa de los traspiés de Sempra Energy, un empresario mexicano de origen chino oferto “comprarle el pleito a Sánchez Ritchie”. Se habla de 5 millones de dólares de la transacción, donde el chino litigaría el pleito a su manera, es decir, utilizaría los recursos a su alcance.
Se supone que desde ese momento Ramón Eugenio Sánchez Ritchie decidió cambiar su residencia a Estados Unidos. Los argumentos de este ensenandense fueron la persecución de las autoridades panistas azuzadas por ejecutivos de Sempra. Además, el “adelanto” de 5 millones de dólares son más que suficientes para vivir cómodamente en territorio estadunidense.
El mentado empresario chino, es un acaudalado personaje que hace una década residió en Tijuana. En esta ciudad fraudeo a decenas de familias, a quienes les vendió casas inconclusas. Más tarde “compro de saliva” un enorme predio en Playas de Tijuana que finalmente perdió.
Embelesado por el poder y el dinero, a este chinito no le importo invertir en un litigio que podría representarle unos 80 millones de dólares. Así podría entregar otros cinco millones a Ramón Eugenio Sánchez Ritchie y repartir al menos 10 millones de dólares a políticos, empresarios y asesores que han participado en una guerra sucia perfectamente disfrazada de lucha social.
Y es que algunos actores de la película Sempra se han encargado de “concientizar” a muchos activistas sociales del peligro que representa Sempra Energy y las ilegalidades que rodean a su instalación y operación. Esas personas han maniobrado para generar un pánico que –dicho sea de paso—tiene fundamento.
Desde la máxima tribuna del país, el diputado perredista José Narro Céspedes, se ha convertido en la cabeza más visible del litigio mediático contra Sempra. Al interior de este consorcio lo ubican como el lugarteniente de El Chino. En Baja California son varios los activos que tiene el mex-asiatico. Los más visibles son el ex diputado federal Jaime Martínez Veloz y el ingeniero Felipe Daniel Ruanova Zarate, quienes recurren a la utilización de las redes sociales y a los correos electrónicos. Quienes reciben estos mensajes están convencidos del peligro que representa Sempra y las irregularidades que le rodean, es decir, su labor, lejos de levantar sospechas, es bien recibida. ¡Que personas tan conscientes!. ¡Cuanta sensibilidad social! Nada es gratis.
Incultos
A propósito de este tema, la tragedia derivada del terremoto registrado el viernes pasado en Japón, no ha sido capaz de sensibilizar a los residentes de la zona Tijuana-San Diego. Pocos se han detenido a observar que esta área se encuentra ubicada a 100 kilómetros de la planta nuclear de San Onofre y a 80 kilómetros de Sempra. A principios de semana una periodística capitalina se refirió al tema de “la cultura de la prevención”, un tema que los habitantes de esta región tienen literalmente abandonado. Señala que los japoneses están entrenados para enfrentar todo tipo de desastres naturales. Saben que hacer en caso de sismo, en caso de una inundación, en caso de incendio. Todos los edificios cuentan con sistemas de seguridad que cuentan con mantenimiento continuo, rutas de evacuación, y tienen cascos para empleados y visitantes. De muy poco han servido todas estas precauciones. Miles de muertos, perdidas multimillonarias, caos generalizado y un negro panorama. ¿Que pasaría en México en caso de un desastre de magnitud similar? Nadie quisiéramos imaginarlo.
Comentarios: cicuta45@gmail.com
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