CICUTA COLUMNA POLÍTICA JAIME FLORES - TIJUANA NOTICIAS

viernes, 7 de octubre de 2011

CICUTA COLUMNA POLÍTICA JAIME FLORES


Por Jaime Flores Martínez
Recreación
TIJUANA B.C.-Decidido a pasar a la historia como el mejor secretario de seguridad publica en la historia de Tijuana, el abogado Alberto Capella Ibarra pudiera ser protagonista de una película que vivió hace justo tres anos. Capella Ibarra fue destituido por el anterior alcalde Jorge Ramos, porque el entonces director de la Policía Municipal Julián Leyzaola Pérez, no toleraba que le diera ordenes.
Aquellos con mediana memoria recuerdan que el panista Jorge Ramos decidió el cese de Capella para colocar en su lugar al teniente coronel Julián Leyzaola Pérez, a pesar que la normatividad exigía que la persona que ocupe la Secretaria de Seguridad Publica debe ser un abogado titulado. Convencido que Leyzaola no era “elegible” para ese cargo, el entonces alcalde llamo a los directores de algunos medios de comunicación para pedirles que omitieran ese “pequeñísimo detalle”.
De esta forma Ramos quedo bien con los mandos militares, pues logro que el teniente coronel Julián Leyzaola se hiciera cargo de la Secretaria de Seguridad Publica. El tristemente célebre Leyzaola practicó los métodos más cuestionables contra muchos policías municipales, a quienes ubico como vinculados al crimen organizado. Al inicio de su administración, el panista Ramos había aceptado la incorporación de Capella por recomendación del gobernador del Estado, aunque el compromiso era sostenerlo solamente por un año. El plazo había vencido y ahora su lugar era ocupado por Leyzaola.
Muy pocos han observado que los mandos militares “negociaron” con el alcalde Bustamante la incorporación del capitán Ricardo Hernández Garduño como nuevo director operativo de la Policía Municipal, en sustitución de Adran Hernández. La intención del general Alfonso Duarte Múgica, comandante de la Segunda Región Militares tener el control de la dirección operativa de la corporación porque no está de acuerdo con el nombramiento de Alberto Capella. Quienes conocen al general Duarte, aseguran que la destitución de Gustavo Huerta Martínez como director de la Policía Municipal debió caerle como balde de agua fría, aunque más desconcertado quedo al saber que Bustamante nombraría a Alberto Capella Ibarra.
Al saber que la decisión de Bustamante era definitiva, el general Duarte “negoció” el arribo del capitán Hernández Garduño a la dirección de la Policía. De esta forma mantendría los hilos de esta corporación y su relación con Capella se limitaría a la relación institucional. Un personaje perfectamente enterado del tema, revelo las asperezas del reciente encuentro entre el alcalde Carlos Bustamante Anchondo y el general Alfonso Duarte Múgica.
El alcalde Bustamante le notifico el termino de la estancia del capitán Huerta en la Secretaria de Seguridad Pública Municipal y le informo su decisión de nombrar a Alberto Capella en su lugar. Resulta obvio que el gesto del general Duarte evidenció su descontento con la determinación del alcalde.
Duarte Múgica le dijo a Bustamante que –si mantenía su decisión—entonces “se quedaría solo”.
---Mi general, “siempre he estado solo”, respondió Bustamante.
Lo que siguió en esa conversación es un misterio, aunque alguien supone que Duarte y Bustamante acordaron el nombramiento del capitán Ricardo Hernández Garduño en la dirección operativa de la Policía. El capitán Hernández Garduño despachaba como titular del distrito policiaco en la delegación Cerro Colorado, donde los delitos están a la orden del día.
Hernández Garduño fue incapaz de controlar los arrancones nocturnos que se realizan en la canalización del Rio Tijuana a la altura de la Clínica Uno del IMSS. Habitantes de esa zona se cansaron de denunciar que varias patrullas se dedican los sábados por la noche a cuidar a los corredores de automóviles que cruzan apuestas y arriesgan su vida y la de los demás. El asunto es que Capella Ibarra repetirá la historia que vivió hace tres años: su lugar como secretario de seguridad publica será como un adorno en su currículo, pues el poder lo mantendrán los militares. El poder civil será solo administrativo; la cuestión operativa estará a cargo del capitán Hernández, su nuevo Leyzaola.
Inspectoras
Mientras el secretario de educación en Baja California, Javier Santillán se revuelve para tratar de sanear el Sistema Educativo Estatal, algunas inspectoras hacen –simplemente-- lo que les viene en gana. Ellas se sienten protegidas por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). ¿Y el secretario de educación? ¡Que piense lo que quiera! Para información del señor Santillana, la tarde del pasado lunes la maestra Francisca Osuna Verde, titular de la Inspección numero 97, festejo alegremente su cumpleaños en un distinguido restaurante ubicado en la Zona del Rio. Se trata de un establecimiento que --para más señas—tiene como logotipo es “una manzanita”.
Y no se trata de criticar el festejo de la maestra Osuna, sino subrayar que ella misma presume que la abultada cuenta fue liquidada por los propietarios de los planteles escolares privados que se encuentran en el perímetro de la inspección. Rodeada de familiares, amigos e incondicionales, la maestra Osuna Verde les dijo que podían pedir los de su preferencia, pues la cuenta la pagarían las escuelas ubicadas en su zona.
Ese mismo lunes algunas personas testificaron una escena patética donde la protagonista fue la maestra Herlinda Olivas, quien también se desempeña como inspectora de zona. La profesora Olivas humilló a una monjita que representa a una escuela privada que se ubica por los rumbos de Ojo de Agua. Debido a que la religiosa llego a la inspección ataviada con su habito talar, la maestra Olivas le recomendó salir vestida como cualquier persona y dejar en el convento tan ridículo atavío. Tan insolente postura genero el obvio malestar de una religiosa que –por cierto-- ni siquiera se atrevió a contestarle. Esa es la estatura de algunas inspectoras de zona.
Comentarios: cicuta45@gmail.com

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