Enloqueció Bustamante
Pedro MARTÍNEZ SERRANO
El triunfo de Enrique Peña Nieto enloqueció a los bufones de Carlos Bustamante Anchondo, el desteñido y corrupto presidente municipal de Tijuana. Orquestados por el corifeo mayor, David Saúl Guakil, empiezan a circular la ridícula versión, de que el esquirol panista, hoy beneficiario priista, tiene las más amplias posibilidades de convertirse en candidato del tricolor al gobierno del Estado.
El asunto es irrisorio, como irrisorio es, además de desvergonzado, que David Saúl Guakil se aliste para regresar a la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Social Municipal. Hacerlo, acreditará que para conseguir el triunfo de su abanderado presidencial, distrajo recursos oficiales, con la anuencia del veleidoso empresario Carlos Bustamante.
Al ex abonero Saúl Guakil, se le olvida que su patrón, su amo, al mismo al que atiende con fidelidad perruna, Bustamante Anchondo ha traicionado al PRI en diversas iocasiones. Hay que recordarle que apoyó, con dinero y con promoción del voto a su favor, al panista Eugenio Elorduy Walther, cuando contendió por la gubernatura y la ganó al priista Daniel Quintero.
Para dejar claro con qué partido jugaba y a qué candidato apoyaba, Bustamante hizo desplegar una gigantesca lona, con la imagen de Eugenio Elorduy a todo lo alto y ancho del hotel Fiesta Americana, en el bulevar Aguacaliente. Entonces, David Saúl se encargaba de proveer de recursos al equipo de campaña del también panista, Jesús González Reyes, candidato a la presidencia municipal de Tijuana.
Precisamente en Tijuana, en 2001, me tocó atestiguar reuniones entre Bustamente y Elorduy; entre Bustamante y González Reyes, a quién atiborró de apoyos, con tal de derrotar en la contienda a su correligionario Jaime Martínez Veloz, el compa, entonces candidato del PRI.
Hoy, en el colmo de la desvergüenza, David Saúl se alista para regresar a la DESOM, con la anuencia de su traicionero jefe, Carlos Bustamante que, ingenuamente, se cree con posibilidades de desbancar de la candidatura al todavía senador, Fernando Castro Trenti que, lo quieran o no reconocer, es el más cercano al centro del poder priista.
Fernando, que será el poderoso vicecoordinador de la bancada priísta en la Cámara Baja del Congreso de la Unión, la de los diputados federales, al lado de Manlio Fabio Beltrones, que será su coordinador, dejará en el camino, lo mismo al rey de la traición, Carlos Bustamante, que al empresario y zar de las apuestas, Jorge Hank Rhon que, por cierto, le apuesta al puro apellido que, creo, en esta no le va a alcanzar.
Así las cosas, de nada le servirá a David Saúl haber reptado en oficinas del equipo estelar de Peña Nieto, con la intención de convertirse en el gran repartidor de delegaciones federales; esas las va a repartir Fernando Castro Trenti, aunque a muchos no les guste y, el cuento de la amistad de Bustamante con Peña Nieto, no lo cree nadie, más que sus gatos, encabezados por David.
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