Por Jaime Flores Martínez
Pachocha
TIJUANA B.C.-Acostumbrado a hincharse los bolsillos a costa de los demás, a don José Galicot Behar le viene guango el malestar de los proveedores que participaron en el extraordinario evento conocido como Tijuana Innovadora. Conservadoramente, el señor Galicot adeuda unos cinco millones de pesos a distintas empresas y prestadores de servicios.
Proveedores que conversaron con Cicuta, revelan que Galicot echa mano de sus habilidades como negociador para ofrecerles la tercera parte del dinero que les debe. Muy a su estilo de “perdonavidas”, este hombre se para frente a ellos para lanzarles su última oferta; " esto es lo que puedo pagarte… lo tomas o lo dejas…".
Galicot se asume redentor de Tijuana por la organización de un evento que –todos coinciden-- puso “muy en alto” el nombre de Tijuana. Si bien Tijuana Innovadora alcanzó niveles extraordinarios, también es cierto que le dejó pingues ganancias a un empresario que presume de amar a Tijuana y se abraza del dinero.
Para información del respetable, don José utilizó mas de un centenar de personas que –ingenuamente--prestaron sus servicios de manera voluntaria. Aquellos que tuvieron la suerte de ser contratados recibieron una mísera ganancia y muchos otros analizan la posibilidad de presentarle una demanda porque simplemente no les pago.
Quienes se han atrevido a reclamarle su dinero, don José Galicot les ha dicho que el gobierno de Felipe Calderón no cumplió con su promesa de apuntalar un evento que costó unos 50 millones de pesos. El gobierno federal apenas apoyo con 23 millones de pesos "que no alcanzaron para gran cosa".
Galicot no les dice que rentó hasta en mil 500 dólares el metro cuadrado a los interesados en participar en el evento con la instalación de un stand. Don José no dice donde quedaron unos 80 millones de pesos de la renta de espacios en el Centro Cultural Tijuana.
Este hombre mantiene en secreto cuanto se ahorró al explotar a mas de 100 personas que trabajaron día y noche “por puro amor a Tijuana”. Todos ellos no entendían que el gran beneficiario era Galicot, pues además de llevarse muchísimo dinero, también se llevo el crédito enterito. Aquellos que conocen la trayectoria del señor Galicot, estiman que este hombre es sumamente brillante al obtener ganancias millonarias a través de la explotación de personas y empresas y todavía se coloca en un púlpito para que le rindan adoración.
Desesperado por la falta de pago, otro proveedor de Tijuana Innovadora no encuentra la forma de liquidar los adeudos generados por su participación. Se trata de una firma foránea que agotó sus reservas para cumplir con su compromiso. Al no recibir el dinero pactado, su negocio apunta hacia la bancarrota.
Aquí en Tijuana, restauranteros, hoteleros, prestadores de servicios y empresas dedicadas a la venta de insumos, se encuentran indignados por la negativa de Galicot en la liquidación de adeudos. Una persona dedicada a observar el evento, se pregunta porque en octubre el gran ausente fue el presagio empresario Alejandro Bustamante, cabeza del consorcio Plantronics.
En la edición del 2010, la empresa Plantronics fue el “ancla” del evento, aunque este año Galicot no siquiera justifico su ausencia. Aunque Alejandro Bustamante se ha mantenido ausente para evitar polémica, personajes cercanos aseguran que quedó asqueado de la experiencia que tuvo con Galicot en el 2010.
Las mismas personas recuerdan que en su intento por allegarse de dinero que cualquier manera, José Galicot recurrió a la instalación y operación de los llamados “teléfonos azules” que hace una década exprimieron los bolsillos de miles incautos. Galicot instalaba teléfonos en negocios de Tijuana a los que colocaba la leyenda: “llamadas de larga distancia gratuitas”.
Esos incautos levantaban el auricular y pedían una llamada por cobrar a los Estados Unidos. Cierto que era gratuita para ellos, aunque la persona que recibía la llamada pagaba cuentas que podrían ascender hasta 400 dólares. Una persona reclutada por el redentor de la ciudad, obtenía 60 dólares si lograba mantener 2 minutos a su víctima sin colgar el auricular. Por esa maniobra Galicot ganaba 400 dólares y pagaba 60 al enganchador. En el año 2000 operaban al menos 60 personas dedicadas a este negocio,
Galicot siempre se ha manejado ante las autoridades locales, estatales y ante la sociedad, como un férreo defensor de la imagen de Tijuana, la realidad es que la operación de los teléfonos azules y la proliferación de farmacias dedicadas a la venta de anabólicos y sustancias controladas dieron al traste con la imagen de esta ciudad.
Desdicha
La Procuraduría de Justicia de Baja California investiga la misteriosa muerte de un niño de 12 años, ocurrida la noche del pasado sábado en las inmediaciones del Estadio Caliente. Se trata de un menor que se columpió de una portería y esta se vino abajo. Con un peso de unos 200 kilos la portería le partió la cabeza y murió instantáneamente.
El asunto es que “alguien” maniobró para evitar que la autoridad se enterara. Llamaron a la Cruz Roja y se lo llevaron un hospital privado. El médico encargado determinó que el muchacho había muerto en el camino al hospital e intentaron cremarlo sin reportarlo al ministerio publico. Sin embargo, un policía ministerial se dio cuenta del evento.
Los familiares lo asumieron como un accidente y pidieron la dispensa de la necropsia, aunque no lo lograron. Ahora la investigación es para conocer al presunto responsable porque las porterías estaban desprendidas y eso para autoridad es responsabilidad de alguien. La sospecha es que “alguien” intentó impedir el ruido porque ésta tragedia ocurrió en el campo de entrenamiento de los Xolos.
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