Por Pedro MARTÍNEZ SERRANO
TIJUANA B.C.-Le euforia política que vive el estado, de cara a la jornada comicial del 7 de julio del año próximo, subirá de tono en los próximos días, cuando inicie la designación de titulares de las diferentes delegaciones federales. Y es que con esos nombramientos, se empezará a dibujar el quién es quién de los aspirantes a la candidatura al gobierno del Estado, por el Partido Revolucionario Institucional.
El tema es de contraluces, especialmente porque hay ingenuos, como el presidente municipal de Tijuana, el corrupto Carlos Bustamante Anchondo y empleados a su servicio, como el no menos ladrón, hipócrita y traicionero, David Saúl Guakil, tanto como su opaco Secretario de Finanzas, un tal Rufo Ibarra Batista, que se empeñan en presumir cercanía e influencia con el primer círculo del residente Enrique Peña Nieto. Olvidan que en Baja California, por su apatía y simulación, perdió el abanderado presidencial.Ellos mismos, por cierto, se encargaron de golpear con rudeza innecesaria al candidato a senador, Eligio Valencia Roque. Mensajeros de Saúl Guakil, se encargaron a filtrar temas con los que afectaron al dueño del periódico El Mexicano y, a la par, al abanderado presidencial, al que presuntamente servían.
El cinismo y bajeza con que actúan Bustamante, Ibarra y Saúl Guakil no tiene límite. Luego de haber patrocinado la contra campaña en el Revolucionario Institucional, volvieron a lo suyo: filtrar a los medios, falsa cercanía con el peñanietismo y la posibilidad de asumir delegaciones, que sólo tienen en su descompuesta imaginación.
La sed de poder y la presunta, tanto como falsa, cercanía con gente del primer círculo de Peña Nieto ha enloquecido a muchos, incluido el hankista Miguel Ángel Badiola, quien se adorna como el gran operador político del concesionario del hipódromo.
Más allá del protagonismo estéril y el golpeteo bajuno, que etiqueta a los anteriores, el único político radicado en Baja California que trabajó en el primer círculo del equipo de transición, es el ex diputado local y federal, con probado liderazgo social, mi amigo Jaime Martínez Veloz.
A diferencia de los acomodaticios, oportunistas y simuladores, Jaime nunca habló del trabajo que realizó al lado de Rosario Robles Berlanga. La ahora Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de Peña Nieto, encargó a Martínez Veloz la evaluación, recepción y, luego, el diseño de la propuesta que se presentó al presidente en materia de Desarrollo Social.
No sólo eso, el coahuilense radicado en Baja California hace más de un cuarto de siglo, participó en el diseño del Pacto por México. Operó también de manera importante, para que se lograra su firma.
El otro bajacaliforniano, con destacadísima presencia en los centros de poder de la federación, allá en la Ciudad de México, es el diputado federal Fernando Castro Trenti. El ex senador, tiene una relación cercana, de confianza y acompañamiento político partidista, con los hombres más cercanos del presidente de la República, así como con sus principales operadores en el Congreso de la Unión.
Más allá de Fernando y Jaime, los que se adornan son principiantes, grillos aficionados de la política que gastan dinero, la mayoría recursos del erario, para inflar sus egos. Eso lo comprobaremos en unos días, cuando muchos de los que se promueven se queden peor que ahora, solos y apestados.
Hay que reiterar que la definición de las delegaciones federales en el estado, exhibirá el posicionamiento y fuerza real en el centro del poder federal, de los grupos en disputa por la candidatura al gobierno del estado. Así que preparémonos para el espectáculo que se avecina.
De refilónHay que adelantar que tengo en el tintero el análisis de la elección abierta, la del 7 de julio del año próximo. Tomando en cuenta el reacomodo de fuerzas y el retiro de la contienda de algunos actores políticos que no dieron el tamaño.
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