Hedor
TIJUANA B.C.-Determinado a imponer a Adalberto Ortega como su sucesor en el Sindicato de Burócratas de Tijuana, el actual secretario general Martín Plascencia Ávila se revuelve en su intento por echarle tierrita a su cochinero.
Y es que los propios burócratas estiman que la malversación de Plascencia supera los 3 millones de pesos, en una gestión con inconfundible olor a drenaje. Antes de su labor como dirigente de burócratas, el señor Plascencia comía burritos, viajaba en Calafia y se desvivía por atender a sus compañeros. Tres años después don Martin degusta manjares, se traslada en Hummer y trata a los burócratas con la punta del pie.
Juan José Juárez Andrade, ex aspirante a la dirigencia de los burócratas, presentó una denuncia penal contra Martín Plascencia, Adalberto Ortega y otros incondicionales por el presunto delito de fraude equiparado. Dicha denuncia quedó asentada con el número AP 359/13/211. Extrañamente, la denuncia de Juárez se encuentra congelada en la Procuraduría de Justicia.
Hay quien dice que el gobernador José Guadalupe Osuna Millán giró instrucciones para archivar la denuncia, porque Plascencia tiene información comprometedora del aún mandatario. Esa versión se apega al sentido común, pues solamente algo muy delicado podría influir para que Osuna cobijara a un personaje que intermitentemente lo ametralla.
El caso es que Adalberto Ortega, incondicional de Plascencia, se desempeña actualmente como secretario de finanzas del Sindicato de Burócratas y se declara listo para suceder a su dirigente. Los propios empleados aseguran que Plascencia tiene fundados temores del eventual arribo de algún compañero detractor. El riesgo es que pudiera destapar la cloaca de corrupción practicada.
Además del eventual desfalco de 3 millones de pesos, destaca el conflicto que Plascencia le armó al ex dirigente Francisco Gómez por el aparente desvío de recursos. Éste último fue acusado de malos manejos en la construcción del gimnasio de los burócratas.
Una versión obtenida en el seno del Sindicato, revela que Adalberto Ortega firmó un cheque por 800 mil pesos sin la obligada autorización de la asamblea de burócratas. La tesis que se maneja es que Martín Plascencia cobró ese dinero para construir su partenoncito en Tecate.
También lo acusan sus compañeros de vender plazas de burócrata en un precio que oscila entre los 10 y los 12 mil dólares. Un caso que destaca es el de Alejandra Corona, una trabajadora que presentó una demanda por el incumplimiento de Plascencia de otorgarle una plaza. En los pasillos del Ayuntamiento se filtró que Corona decidió callar su malestar por 50 mil razones en efectivo.
Hace unas tres semanas Cicuta reveló que Plascencia otorgó una plaza de burócrata a una de las asistentes el alcalde Carlos Bustamante. Jeraldine González, una bella jovencita contratada como asistente del alcalde obtuvo su base con solo 6 meses de labor. Jeraldine recibió su plaza con un sueldo mensual de 22 mil pesos.
Ahora se sabe que la lista que trabajadores que aspiran una plaza rebasa los 300, aunque los propios incondicionales de Plascencia confiesan que su patrón entregó tres plazas a igual números de féminas asistentes del todavía alcalde.
Otra irregularidad que llama la atención es la contratación de radios de comunicación para los 54 integrantes del comité de los burócratas. Se sabe que a mediados de este año dicho contrato fue cancelado debido al mal servicio de la empresa. Sin embargo, el cheque por 35 mil pesos destinado al pago mensual del consorcio Nextel sale cada mes de manera puntual.
Al margen de los aspirantes a suceder a Martín Plascencia en febrero próximo, llama la atención el papel insistente de Juan José Juárez Andrade, a quien Plascencia le suspendió sus derechos sindicales por revoltoso. Juárez obtuvo una suspensión definitiva que provocó desagüe intestinal a don Martin.
Ah, por cierto Plascencia pregona una eventual “embarrada de mano” al columnista para que no volviera a mencionarlo. Cicuta reitera que el puro intento de soborno será publicado sin miramientos.
Mascota
"No saben con quién se meten", escupió insolente el tal Iván Márquez, un joven que indignamente encabeza la Asociación Pro Vida Animal cuya sede se encuentra en la delegación Playas de Tijuana.
La mañana del viernes, la propietaria de una perrita raza Mastiff Napolitano se plantó frente a Márquez para preguntar por su animalito.
Con cara de pocos amigos el talibán le espetó que "no se la regresaría" y fue más allá al advertirle que se preparara porque ya “había presentado una denuncia penal por difamación y calumnias contra ella y el periodista” que ese viernes publicó que se apropió de un animal valuado en 500 dólares.
Tan descarado tipo sube fotografías a Facebook donde la Mastiff luce escoltada justamente por el talibán. El joven Márquez comete el error de cacarear su relación familiar con escoltas del todavía gobernador José Guadalupe Osuna Millán. Atrapado en su delirio de grandeza, el pequeño Iván siente que tiene a Dios de las orejas.
Respecto a la supuesta demanda que habría presentado contra el columnista, el joven Márquez no debe sentirse orgulloso. La lógica indica que en cualquier momento le notificarán que los dueños de la perrita Mastiff lo denunciaron por robo.
Cicuta.com.mx twitter: @cicutajaime
No hay comentarios:
Publicar un comentario