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TIJUANA B.C.-Encandilado por los reflectores que le apuntan como presidente del Congreso bajacaliforniano, el diputado panista Cuauhtémoc Cardona Benavides parece resistirse a aprender de sus errores. Cardona luce enamorado de la misma piedra. Mire que salir a defender al senador petista Marco Antonio Blásquez, sólo se entendería si "algún japonés" le ordenó hacerlo.
Y es que =para sorpresa de algunos= hace una semana el señor Cardona sacó la cara en defensa del repudiado senador Blásquez ganador de la animadversión social. La madrugada del 28 de octubre en la reunión de Comisiones, este legislador se "abstuvo" en la votación donde se decidía la propuesta de reforma hacendaria.
Blásquez se había comprometido a defender "con todo" la intención del gobierno federal de aplicar el 16 por ciento de IVA en la frontera pero en el momento clave se arrepintió. Al tocarle su turno a Blásquez le temblaron las corvas y decidió abstenerse.
De nada sirvió el rosario de explicaciones y su cascada de justificaciones para argumentar su abstención. Dice el periodista Antonio Heras que la abstención es un "si" reprimido. El caso es que el legislador incumplió su palabra y con ello llegó un despiadado juicio social.
El tema fue revivido por el panista Cardona, quien la semana pasada se subió al tren equivocado al intentar justificar la abstención de Blásquez. Cuauhtémoc dijo con una suficiencia igualmente incomprensible que el senador Blásquez "nunca actuó contra los intereses de Baja California". !Qué le pasa!
Como Cardona fue diputado federal, argumentó que "las técnicas parlamentarias justifican la lógica del senador Blásquez" y se llenó la boca al subrayar que actuó con rectitud.
Y aunque quizá la razón parcial pudiera asistirlos, ellos no deben cuestionar la evidente lógica social. La gente común, aquellos ciudadanos que emiten su voto, no están obligados a comprender "la lógica parlamentaria". Los brillantísimos legisladores deben entender que la máxima preocupación de la gente no es entender la mecánica parlamentaria, sino acarrear el alimento a su casa.
Hasta el más apático de los ciudadanos entendió que Cuauhtémoc Cardona salió a justificar algo que para la mayoría resulta injustificable. Don Cuauhtémoc no tenía porqué lavarle el rostro a una persona que gracias a la ignorancia parlamentaria de la gente, su reputación se localiza en el drenaje.
Aún con las extremidades embarradas de estiércol, el señor Blásquez concibe el sueño guajiro de gobernar Baja California.
Como colofón a su traspié, Cuauhtémoc Cardona no reparó en la búsqueda de la justificación al yerro de Blásquez y la realizó a destiempo, es decir, casi un mes después del evento.
Apenas se conoció la declaración de don Cuauhtémoc, algunos detractores de Blásquez estimaron que el senador estableció "un compromiso de sangre" con el ingenuo Cardona quien pudo tragarse las habladurías del senador. Nadie se atreve a decir que Blásquez sobornó a Cardona porque el actual presidente del Congreso del Estado no necesita recursos. Para eso tiene a un japonesito que le financia cualquier cosa. Por ahí puede ser.
Risueño
Muerto de la risa está el ex director de la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas de Tijuana, José Cruz Holguín, al observar el rostro de sus detractores, críticos y enemigos.
Al despachar como coordinador académico de la Dirección General de Bachilleratos de la SEP, el profesor Cruz Holguín simplemente se mofa de padres de familia y maestros que le reprocharon haber amasado su riqueza a sus costillas.
Este maestro aprovechó el deseo de muchos ciudadanos por obtener un espacio para sus hijos en la prepa Lázaro Cárdenas, para voltearlos de cabeza hasta vaciarles los bolsillos. Cruz Holguín vendió concesiones dentro del plantel e inventaba trucos para saciar sus ambiciones económicas, entre estos las cuotas anuales de inscripción.
La sospecha de algunos padres de familia es que desde la capital del país, Cruz Olguín mantiene el control de la prepa Lázaro Cárdenas a través de su alfil Martín Moreno, a quien impuso en la dirección de la escuela. Moreno responde sin chistar a las órdenes de Cruz Olguín o =más claro= el negocio es él mismo sólo que con otro gerente.
Pena
Inconcebible luce la reacción de aquellos ciudadanos que votaron a favor de Enrique Peña Nieto. A un año de iniciado su gobierno, esos mexicanos se sienten avergonzados de haber depositado su confianza en un personaje que colocó una soga en el cuello del pueblo y se ha dedicado a apretarla.
Muchos aplaudidores de Peña Nieto se cohíben al reconocer que se equivocaron al respaldar a un gobernante que solamente maniobra a favor de los poderosos.
Peña Nieto subió los impuestos, incrementó los energéticos y la iolencia sigue incontenible. Su cantaleta se sustenta en los beneficios de sus reformas estructurales. Lo innegable que los mexicanos ya no le creen. Qué pena nieto.
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