Las personas latinoamericanas suelen definir como perfecta la nariz anglosajona, refirió el cirujano plástico certificado Dr. Marco Antonio Rodas Ruiz miembro activo del Colegio de Cirujanos Plásticos, Estéticos y Reconstructivos de Baja California (CCPERBC), que preside el Dr. Daniel Camacho Melo.
Debido a este estereotipo las personas suelen recurrir a la cirugía plástica, sin embargo, las posibilidades de éxito son limitantes considerando que en Latinoamérica existe principalmente una nariz mestiza que se caracteriza por piel gruesa, poros abiertos y cutis graso, no obstante son de las intervenciones más demandadas.
La cirugía de nariz es un procedimiento de los más difíciles porque se trabaja con tejidos vivos que son sometidos a un traumatismo como la piel, mucosa, hueso, cartílago y músculo, en algunos casos el éxito de la intervención llega a depender del grado de cicatrización e inflación.
En ciudades fronterizas como Tijuana la demanda por estas cirugías llega a ser hasta de un 50% del total de las operaciones, particularmente los mexicanos son un alto porcentaje de quienes buscan definir su nariz, llegan a representar hasta el 80% de los interesados, puntualizó Rodas Ruiz.
Los accidentes y las malformaciones genéticas son otros factores que contribuyen a la demanda de estos procedimientos, por ejemplo; en niños que hayan nacido con labio y paladar hendido generalmente existe un colapse de la nariz que impide una respiración correcta y es necesario realizarles cirugía reconstructiva.
La decisión de operarse la nariz se debe realizar con responsabilidad, ha habido casos de adolescentes de 14-16 años que buscan parecerse a ciertos modelos de revista y buscan la cirugía, “a esta edad el cuerpo se sigue desarrollando y tomar una decisión de tal grado debe razonarse muy bien”, abundó.
El especialista resaltó que las presiones y apodos no deben ser una razón para recurrir a la cirugía de nariz, sino el interés propio o cuando exista una circunstancia que afecte la salud partiendo de que ésta se define como el estado físico, mental y social, no necesariamente la ausencia de una enfermedad.
Por último, invitó a verificar que el cirujano que realizará la operación esté debidamente capacitado y certificado para realizar el procedimiento, ya que una errónea práctica puede traer graves consecuencias para el paciente.
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