CICUTA COLUMNA POLÍTICA JAIME FLORES

Por Jaime Flores Martínez
¿Complicidades?
TIJUANA B.C.-Calificado por algunos priistas como un hecho insólito, Bernardo Sánchez Ríos alias “el Colorado” se convierte en el primer funcionario del próximo gobierno municipal que es contratado por el actual gobierno. Para que quede más claro, el gobierno del panista de Jorge Ramos Hernández contrato como subdirector de Transito Municipal a Sánchez Ríos, el mismo que despachará como titular de esta dependencia en el gobierno que encabezara el priista Carlos Bustamante Anchondo.
El propio director de esa dependencia Jorge Alberto Gutiérrez Topete, se encargo de confirmar que Sánchez Ríos, el Colorado, despacha como subdirector desde el pasado 3 de noviembre “para que conozca la operatividad de esa dependencia”. Es un hecho que el sonorense Sánchez despachara como director de Transito Municipal en la administración que iniciara funciones el primero del mes próximo.
Y no se trata de satanizar un acuerdo tomado por Jorge Ramos y Carlos Bustamante, sino criticar las formas utilizadas para el caso. Muchos de los próximos integrantes del gabinete de Bustamante, no están de acuerdo que el Colorado perciba un salario proveniente de un gobierno contaminado por el humo de la corrupción. La Dirección de Transito Municipal, fue la dependencia que mas cuestionamientos recibió por las acciones realizadas por los directores en turno y sus subdirectores.
Aunque los gobiernos se han encargado de mantener ese nombramiento en reserva, algunos priistas tienen la sospecha que Bustamante pudo caer en una trampa diseñada por el panista Ramos. Al proponer que el Colorado conociera de cerca la operatividad de Transito Municipal, el alcalde Ramos se aseguraba de contar con la complicidad de la siguiente administración. Aunque Bustamante debe tener sus propios argumentos, es innegable que Sánchez Ríos se metió a las entrañas del monstruo para obtener ingresos por adelantado.
Mas allá del subterráneo acuerdo, algunos priistas que no obtuvieron invitación para integrarse al futuro gabinete, cuestionan la decisión de invitar a “un foráneo” a participar como funcionario público de Tijuana. Esos tricolores aseguran que el responsable del nombramiento de “el Colorado” es nada menos que el próximo secretario general de gobierno Alcides Roberto Beltrones Rivera.
Se supone que Alcides convenció a Bustamante para que fuera Sánchez Ríos el próximo director de Transito Municipal, un nombramiento que ambicionan personalidades de todos los niveles. Conocedores del tema, revelan que Sánchez Ríos, “el Colorado”, despachó como responsable de tránsito y vialidad durante la administración estatal del sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera. Con esos antecedentes, se supone que Bustamante dejo que Alcides tomara la decisión de nombrarlo como futuro responsable de transito municipal de Tijuana, aunque no queda claro a quien se le ocurrió la brillante idea de meterlo a la dependencia un mes antes de iniciar el gobierno.
La tarde del pasado sábado, el todavía director de Transito Municipal Jorge Alberto Gutiérrez Topete, abordo a Cicuta en el interior de una conocida peluquería ubicada sobre el boulevard Agua Caliente. Con una actitud cordial, Gutiérrez Topete saludo al columnista para después reclamar con mesura “algunas inexactitudes publicadas semanas atrás”. Dijo que daba la impresión que --algunos de estos yerros-- podrían responder a alguna consigna. Después de escuchar que Cicuta no responde a consignas, Gutiérrez Topete acepto que Bernardo Sánchez Ríos, el Colorado, despacha como subdirector de Transito Municipal desde el pasado miércoles con la intención de conocer la entraña de la dependencia.
Abusivos
La semana pasada Cicuta se refirió a los retenes que instala la Policía Federal en distintos puntos de Tijuana para detectar automóviles extranjeros que sean conducidos por personas que no comprueben su residencia extranjera. Aquí se alerto sobre los abusos que cometen los federales sobre aquellas personas que tripulan vehículos con placas de Estados Unidos, especialmente autos de reciente modelo. Después de comprobar que carecen de documentación migratoria, los generosos policías se manifiestan dispuestos a llegar “a un arreglo”, a cambio de no remitir al automovilista ante el agente del Ministerio Público Federal.
Conducir un automóvil con placas extranjeras es un delito tipificado como “contrabando equiparado” cuya penalidad se paga con cárcel aunque no rebasa los cinco anos. Sin embargo, el susodicho es remitido y consignado. El juez encargado del caso está en posibilidad de fijar una fianza, aunque haya pasado 72 horas en prisión. Inmersos en ese escenario, la Secretaria de Hacienda abre un procedimiento administrativo identificado como PAMA, que no es otra cosa que la apertura de un crédito fiscal que puede ser por el valor del vehículo incautado. Esto quiere decir que al margen de las acciones judiciales, la Secretaria de Hacienda demanda el pago por el monto del valor del automóvil decomisado. Si el automovilista decide no pagarlo, Hacienda está en posibilidades de incautar la cantidad reclamada en cualquier inmueble que se detecte a nombre del deudor.
Sin entrar en mayores detalles, los Policías Federales aceptan arreglos tras bambalinas con base en el modelo del automóvil interceptado. Si el automotor es de modelo reciente, los uniformados demandan la entrega de 20 o 30 mil pesos. En caso que sea una persona modesta, de esas que compran alguna carcacha con placas gringas, los generosos uniformados aceptan cantidades que oscilan entre los 500 pesos y los 100 dólares.
A raíz de lo publicado aquí la semana pasada, ciudadanos locales y foráneos se alarmaron por el contenido del texto. Desde los Ángeles California, medios de comunicación se mostraron interesados en conocer detalles. Mientras, habitantes de Tijuana ofrecieron las ubicaciones habituales de los ilegales retenes policiacos; La Policía Federal instala filtros por los rumbos del Boulevard 2000, bajo el Puente del Fraccionamiento Alfa Panamericano, a la entrada de La Morita y sobre la Vía Rápida Oriente, a la altura del la Clínica uno del IMSS.
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