Por Miguel Rojas Salazar
TIJUANA B.C.-Atención, atención, el plan piloto en que se convirtió la alcaldía de Tijuana, híper-ineficiente al pueblo, fue macro-servidora del Capitalismo empresarial que bajo Consejo hoy elige a su representante político, razón por la que sobrevienen políticos “inventados”.
El próximo, será un trienio hartamente difícil para Tijuana, en el que evidentemente dos prioridades existen: Cumplir con el rezago existente para ofrecer y garantizar un nuevo modelo de Municipalización ordenada, un cambio de fondo en el modo de hacer política y dos, amalgamar los hoyos, los vacios que hereda el predecesor Bustamante Anchondo, sin que se note la muchedumbre fecal y si no alcanza, para que no se endurezca la fe social, generar “magias” con números y con acciones “vitrineadas” en los diarios, como la cruzada anti ambulantaje en zona histórica de Tijuana, que bajo “amparo y cuota” de anticonstitucional corrupción logrose “al cuarto para las doce” el cumplimiento constitucional.
Durante los casi 3 años de estéril administración Bustamantista, pese a la “asesoría de lujo” en su gabinete que nos costó a los Tijuanenses bajo tributo varios ceros a la derecha de la nomina, Ruffo Batista significo el “puente” entre la hábil numerología y la creciente deuda municipal.
Bajo su batuta, el Municipio atrajo ingresos posibles de una deuda imposible de pagar.
Convirtió entonces, un Municipio que ocupa el segundo lugar nacional en endeudamiento en una alcaldía que a la vez que administra en su órbita de ingresos federales, tiene un acreedor a 21 anos obligado a cubrir intereses que mantendrán a los Tijuanenses como avales solidarios, co-deudores a largo plazo.
Frente a ese escenario, las limitantes son mas, por encima del Proyecto que es lo que evidenció Carlos Walterio Bustamante hasta hoy.
De ahí, justamente sobreviene el desmantelamiento del Municipio, se vende “la Ocho”, se crea una caja negra para que ingresos sucios llenen el vacio de Tesorería para gasto corriente o en el peor de los escenarios “pagar” a la prensa, para que no “mate” la imagen de un alcalde que murió en el intento de serlo.
Ese es Carlos Walterio Bustamante, su paso por la alcaldía tras ser un empresario “manirroto”, mediocre, endeudando sus administrados bienes, arribo a la política, tres años atrás, siendo un perfecto desconocido, mas allá de estar en la lista de deudores y en buro de crédito a donde llevo igual a la Comuna de los Tijuanenses como si fuera propia.
Ruffo Batista el bastión de los ingresos municipales, en Tijuana, jamás cumplió expectativas en políticas de recaudación, sus estrategias se redujeron a solicitar créditos, contratar una póliza de taza inferior a la existente, pero jamás logro el efecto tributario a donde se subió como “juez del pueblo Romano” amenazando embargos a prediales morosos aunque, “el invitado a la amenaza” ya no era un subyugado romano, sino un Tijuanense en rebelión, dato curioso e irónico los aspirantes políticos a la sucesión, ofertaron condonaciones de predios y de rezagos a deudas ante la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana CESPT, los primeros, de circunscripción Municipal, estos, de jurisdicción estatal, ambos padrones capitales de flujos e ingresos mayoritarios.
La sabiduría extrema indica que los buenos deben gravitar sobre los malos, de ahí que probablemente antes que concluyera su mandato al frente del XX Ayuntamiento, Ruffo Batista, fue recomendado para bajarse de un barco “a pique” y subirse a uno flotante, el de Jorge Astiazaran Orci.
Desde ese cómodo respiro, extenderá la deuda no me cabe duda, movilizara el poder para ejercer a plazos obra importante en las que sobra proyecto pero falta pago a mano de obra, el capital político por tanto será “actuar” dimensionando acciones como las de desalojar a vendedores ambulantes que era una obligación legal del Municipio por ser declarada zona histórica y que, mientras Daniel León Valdez como jefe de reglamentos estuvo, fue impedido más que por desconocimiento legal por compromisos sin firma, a los que hoy puede enfrentar sin que existan testimoniales que no sean especulaciones “del pasado”.
Es decir Daniel León Valdez por salud pública y recomendación moral, aun con las manos metidas en el “fuego” de la caja negra Municipal, a donde unilateralmente heredo a su concuño Calles Lira, empero, desde el cómodo escritorio como Secretario de Gobierno, busca trascender paralelamente a “demostrar” que salió de la lista del más corrupto.
¿Quién cubrirá los hoyos que abrió Bustamante Anchondo en esas dependencias de administraciones obscuras?
Lo único demostrable a fin de trienio es que Bustamante nunca fue alcalde literalmente, sino administrador metafóricamente…
El futuro de Tijuana debía por exigencia propia, plantearse desde un proyecto de renovación sin reciclaje de nombres, lamentablemente, el próximo alcalde Jorge Astiazaran que igual que Bustamante Anchondo fueron subidos al escenario político sin serlo, sin carrera en el seno partidista, sin el pago de cuotas y membrecías que se exige a mas de mil priistas que cumplen desde hace décadas.
NO solo ahorraron, cuotas, tiempo y trabajo en el partido, pues de perfectos desconocidos enfrentan un sistema depredador económicamente entendible porque la deuda así lo requiere, aunque no lo justifica socialmente.
Antes de seleccionar por no decir esperar “recomendados” de sus capitalistas financieros, el Dr. Astiazaran ya “proyecto” su línea, al convocar a Kurt Honold a presidir la transición de poderes, el “alcalde sustituto” de Jorge Hank Rhon es la bandera que agitara otros nombres de la nueva sociedad política, que maneja desde su orden empresarial un consejo político que centra en su organigrama al alcalde, al gobernador o al diputado…
La presunción acéfala de hacer política para los ricos gobernando a los pobres…
AL SILENCIO… Frente al desvaneciente tiempo en que se reducen frente a las manecillas los compromisos anunciados como “capital” de agenda, y es mutante el pase del tesiario a la realidad…casi nadie en la política, se salva. Doc.… no adelante su reloj.
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